Es el momento de parar el viaje, reconocer a dónde cada uno ha llegado e interrogarse por el uso de los recursos propios y propuestos para navegar por sí mismo y por las posibilidades externas. Se ha llegado el momento de tomar con mayor ahínco las decisiones que posibiliten una posición propia y genuina, con la que atender el propio camino y sostenerse durante la vida para no declinar a los propios deseos, sueños, anhelos, en pro de hacer realidad la vocación.  

Por tanto, el último Taller del Proyecto de Orientación Vocacional ‘Me Despido de Mi Escolaridad’ ha propuesto a los jóvenes de grado once hacer un recorrido por el propio viaje para develar lo hallado de sí mismo y a partir de ello continuar por rutas propias.  

Ha sido una excusa para decir adiós, pero también para dar lugar a los sentimientos encontrados debido a lo que sigue…lo que posiblemente genera gran satisfacción de alzar el vuelo, pero a su vez temor, incertidumbre y nostalgia de dejar atrás lo construido en la etapa escolar que, puestos en palabras, facilita la transición hacia ese futuro prometedor.  

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